Hijito, se acerca tu cumpleaños número 8...
Hace ya casi 8 años sentí la primera felicidad real de mi vida, y ésta, obviamente, fue tu nacimiento.
Hoy veo todo tipo de cambios físicos y psicológicos en ti. Estoy impresionada, impactada, emocionada y sorprendida. Aun no puedo entender lo maravilloso y misterioso de la vida, de ser un bebé, a un pequeño hombrecito.
Te mereces tanto amor de las personas que te rodean. Eres bueno hijo, sensible, fuerte, de buen corazón, y aunque posees un carácter difícil por lo que te ha tocado vivir, tienes un alma noble.
Agradezco a la vida, la oportunidad de cuidarte personalmente tus primeros años. Eso tiene un valor indescriptible para mi. Algo inolvidable. Lo que más me sorprende es que tú te recuerdas de cosas y momentos que a veces yo olvido.
El tiempo que paso contigo se me hace poco. Sé que necesitas más de mí y me siento contenta de poder estar haciéndolo. Sé que hay cosas que no te puedo dar o entregar, cosas que te quité y que no puedo hacer nada para devolverlas. Hijito, sé que aun me faltan muchas cosas que aprender para ser una buena madre. A veces siento que no me esfuerzo lo necesario. El único ejemplo que he tenido, es el de la maravillosa madre que me tocó: Tu abuela, y me falta mucho para llegar a ser como ella. Permíteme hacer que mi tiempo contigo sea de calidad: Juguemos, corramos, contémonos secretos, inventemos historias, porque después de todo, los recuerdos son para siempre, y eso es lo que te podré dejar para que le cuentes a tus propios hijos en un futuro, y para que te acuerdes de tu madre que siempre te amará con todo el corazón...
Feliz próximo cumpleaños mi niño.
E.D.
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